Corredora.  Velocista.  Conferencista motivacional. Mentora.  Presidenta y fundadora de Limb-it-less Creations Inc. Paralímpica.

Para la mayoría de los niños de 11 años, la vida gira en torno a la familia, los amigos y la integración en el colegio.  Al formar parte de una ocupada familia de nueve miembros, esto era sin lugar a duda una realidad para la extrovertida y sociable Femita Ayanbeku.  Pero esos problemas típicos de la preadolescencia pronto quedarían en el olvido al sufrir un grave accidente de coche que casi le cuesta la vida.

Femita viajaba en el asiento trasero de una camioneta, cuando el conductor perdió el control del vehículo.  Salió despedida del coche.   En ese momento, Femita perdió la respiración.  Más tarde, mientras estaba en el hospital, los médicos determinaron que su pierna estaba seriamente dañada y corría el riesgo de que se cortase la circulación por el resto del cuerpo.  En cuestión de días, había que tomar una decisión: su pierna o su vida.  Pocos días después de despertarse en el hospital, Ayanbeku se enteró de que le habían amputado la pierna.

«Con 11 años no sabía qué pensar, no sabía cómo sentirme.  Lo único que pensaba era ‘¿qué van a pensar mis amigos?  ¿Qué va a pensar todo el mundo cuando vuelva al colegio y me falte una parte del cuerpo?’».

Pero esos pensamientos no duraron mucho.  Al ver la preocupación de sus padres, Femita se empeñó en ser positiva.  La rehabilitación comenzó inmediatamente.  En dos meses volvió al colegio.  Pasó de una silla de ruedas a una prótesis y continuó con su vida.  A Femita le gustaba jugar al baloncesto en el instituto, pero la prótesis de uso diario le causaba molestias.  Pasaron años antes de que probar algo diferente. 

Al acudir a una clínica de movilidad de Össur diseñada para personas amputadas, Femita tuvo la oportunidad de probar un pie protésico para correr. Ese día se sintió renovada.

«Me pareció tan natural. ¡No quería quitármelo!».

Fundó una organización sin ánimo de lucro llamada «Limb-it-less Creations» para apoyar a otras personas con amputación y, más tarde, recibió su propio pie para correr de Össur. Su afición por el atletismo comenzó al conocer al paralímpico Jerome Singleton y a Sherman Hart, antiguo entrenador de atletismo en la Northeastern University.

Su talento era indiscutible. Pero fue su espíritu deportivo lo que llevó a su entrenador a insistirle en que compitiese.  Femita continuó entrenando y consiguió su puesto en el equipo de Estados Unidos. En seis meses, se convirtió en la campeona nacional de Estados Unidos en los 100 m y llegó a representar a Estados Unidos en los Juegos Paralímpicos de Río 2016, al igual que en los Campeonatos Mundiales de 2017.  Recientemente, se alzó con la medalla de bronce en el Campeonato del Mundo de 2019 en Dubái. Femita está dispuesta a seguir compitiendo con orgullo con su Össur Cheetah Xtreme.